MUSICA y ARAÑA

sábado, 15 de marzo de 2014

LA PROFESIONALIZACIÓN EN LA DIRECCIÓN DE LAS RESIDENCIAS.

El anciano, como elemento fundamental en la existencia societaria de las residencias, debe ser el centro de atención de todos.
Un anciano-cliente y su familia que se siente a gusto, atendidas y satisfechas  sus necesidades, muestra GRATITUD hacia la residencia y su personal, siendo la mejor publicidad que pueda recibir y hacer del centro.
 
Por el contrario; si no se atienden sus demandas, existe NEGLIGENCIA y MALTRATO, el anciano y sobre todo su familia adopta una posición crítica y en cierta forma hostil.
 
Es por ello que; para llevar a buen fin las residencias, es imprescindible la profesionalización en la dirección como éxito de buena gestión.
Es importante que el perfil de quien va desempeñar este trabajo para el cual no todo el mundo sirve, tenga unos conocimientos, tolerancia y ciertas habilidades afectivas con las personas mayores.
 
El buen hacer directivo, NO PERMITE un ambiente hostil, acepta las críticas, indagando y comprobando qué está fallando en la atención al anciano. La EMPATIA la demuestra intentando SOLUCIONAR al descontento y mejorando al que lo está.
El éxito en la dirección, dependerá de ese grado de satisfacción del anciano, que se verá reflejado y compensado en su trabajo y en el FONDO DE COMERCIO del centro.
 
 
Por el contrario la MALA DIRECCIÓN, negará sistematicamente las negligencias, recurriendo intransigentemente a justificaciones irracionales para anteponer siempre otros intereses al bienestar del anciano y echando un pulso con la familia. Líbrenos de caer en sus manos y con perdón de los laboriosos équidos:
 
"HOMINES ET JUMENTA SALVABIS DOMINE", 
 

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