MUSICA y ARAÑA

jueves, 8 de enero de 2015

SILENCIO: MALTRATAMOS ECONOMICAMENTE


EL MALTRATO, es violencia, venga de donde venga e independiente del lugar donde se produzca; ámbito familiar o en instituciones.
Cada vez se constatan más casos que afloran con las mínimas denuncias de este fenómeno oculto del maltrato al anciano, si bien las estadísticas dan cifras muchos más altas del aumento de este tipo de violencia.
El maltrato a los ancianos en residencias, escondido una veces entre la NEGLIGENCIA, la FALTA DE ATENCIÓN O CUIDADOS y otras bajo el ABUSO DE CONFIANZA es un hecho en alza.

El SILENCIO y EL MIEDO de las víctimas, sus familias, de los profesionales bien por acción u omisión, hacen que entre todos el problema subsista y crezca, vulnerando los derechos fundamentales de estas personas.
Los Servicios de Urgencias de los Hospitales, como ya he citado en otras ocasiones; son buenos conocedores de una realidad: como llegan los ancianos bien de un entorno familiar o de residencias, la mayoría de las veces sin una justificación para remitirlos, saturando y colapsando los servicios innecesariamente. Cuando llegará el día que estos profesionales, se impliquen de igual forma que dando la voz de alarma ante el MALTRATO a un menor, la mujer y lo hagan también con el anciano, poniendo los hechos en conocimiento de la fiscalía o los Servicios de Inspección.

Últimamente se están detectando dos fenómenos contrapuestos de utilización del ANCIANO LUCRO CESANTE:
Para compensar la falta de ingresos en la unidad familiar se está retirando de muchas residencias a las ancianos, compensando así la maltrechas economías familiares. Lo que antes era un estorbo hoy es un salvavidas.
En las residencias privadas, para compensar la falta de beneficio y el aumento de costes, se está detectando inusuales, subidas de los alojamientos, movimiento en las cuentas bancarias y testamentos de los ancianos a favor de los responsables de las residencias SIN QUE NADIE INVESTIGUE.
Mientras persista el MIEDO a las represalias, a la lentitud de la Justicia en los procesos, a los grupos de poder económico que se esconden tras las residencias, hace que la víctima siga sufriendo las consecuencias y el maltrato persista.
 
 
Los casos de malos tratos a ancianos se triplican en 20 años