DERECHO a recibir información; servicios, precios, etc.
Llama poderosamente la atención que algunas residencias sus recibos no sean lo
suficientemente transparentes en los conceptos de los servicios, que facturan y cargan a los mayores.
DERECHO a la intimidad y a que no se divulguen datos
personales, médicos etc. El personal de las residencias en general, deberia ser
más cuidadoso y no pregonar a los cuatro vientos, la vida y obra de los
ancianos. Muchas salas de residencias parecen platós de algún programa
rosa que emiten las televisiones.
DERECHO a no ser discriminado y sobre todo ser tratado
con el respeto y dignidad que se merece. El buen ambiente que se puede
crear en una residencia, es fruto de quien dirige los centros. Por utilizar un
simil, el "buen rollo" que existe en una clase entre el profesor y sus alumnos,
lo crea el propio docente con; autoridad y generosidad, lo demás es conflicto y fracaso.
DERECHO a no ser sometido a ningún tipo de inmovilización, tanto física como farmacológica. Salvo los casos que por razones de peligro para
el anciano así se considere.
DERECHO a mantener relación con su familia y entorno de
social, sin ningún tipo de ingerencias. Muchas residencias obstaculizan los
horarios ciñéndolos a su comodidad sin pensar en las familia de los ancianos y
sus quehaceres. Olvidan los responsables que a todos los efectos el centro
donde está alojado, es considerado el propio domicilio y su habitación
inviolable y por tanto no debe haber restricciones que afecten a su intimidad.
DERECHO a recibir el servicio contractualmente contratado en la prestación y condiciones estipuladas o establecidas, en caso contrario estamos ante un fraude contractual.