MUSICA y ARAÑA

sábado, 31 de mayo de 2014

MALTRATO: MALA PRAXIS MÉDICA
 

Toda actuación asistencial debe constituir una exigencia ética y legalmente exigible. La obligación del médico es una actividad diligente y acomodada a su LEX ARTIS y no al fin de resultados.
La omisión o carencia en utilizar un método de diagnóstico básico en algunos médicos de residencias, es una constante de la impericia y mala praxis con la que actúan estos profesionales.
Así: Diagnostican erróneamente u omisión de métodos de diagnósticos, prescripción tratamientos ineficaces o inadecuados, derivaciones innecesarias e injustificadas a los Servicios de Urgencias y en el peor de los casos hasta recetan incluso por teléfono: Como es mayor, está demente, angustiado y para que se tranquilice porque se está quejando todo el día, que le administren neurolépticos.

Más de una vez se ha dado el caso que al siguiente día, el mèdico se entera que el anciano acabo en el servicio de urgencias por su "consulta on line"  y hasta otra. Otra vez no tendrá tanta suerte y pudiera acabar en el cementerio, en este caso, el galeno certificará que la defunción se debió a causas naturales de la edad.

Otra práctica de "maltrato generalizada" en algunas residencias son las ataduras a los mayores. Al igual que los chutes, también suelen ser por “prescripción médica” y en muchos casos con permiso de la familia, que autoriza la sujeción por miedo. Evidentemente el galeno se cubrirá en salud y recogerá expresamente la autorización familiar, por si viene una inspección. Salvo casos extremos, la mayor parte de las veces estas prácticas son inapropiadas e innecesarias.


Tras ellas se esconde una realidad de INMORALIDADES con un conflicto de intereses de estos médicos que ocultan el maltrato y la desatención al anciano por parte de la residencia, los ratios/trabajadores y la responsabilidad del Centro. Existe una simbiosis entre el médico y la dirección del centro, aquellos son contratados y pagados por la dirección, haciendo que primen otros intereses y ocultándose mutuamente las irregularidades y negligencias cometidas por ambos con los ancianos.

SI TE ENGAÑAN UNA VEZ, CULPA AL OTRO; SÍ TE ENGAÑAN DOS VECES, CULPTATE A TI MISMO.

domingo, 4 de mayo de 2014

EN LAS RESIDENCIAS: RESBALÓN Y TROPEZÓN AVISO DE CAIDA SON.

¿Quién puede afirmar que no ha caído alguna vez?. 
 
A medida que vamos cumpliendo años, nuestro cuerpo va siendo menos flexible y nuestros huesos tienen más probabilidad en el caso de una caída que suframos algún daño y también que el tiempo de recuperación sea mayor.
 
Cuando nos referimos a las caídas de personas mayores en un entorno institucional como son las residencias de mayores, un accidente de este tipo, puede ocasionar en una persona mayor lesiones muy graves o en el peor de los casos consecuencias irreparables. Existe por tanto; una correlación entre envejecimiento y la gravedad del daño producido por las caídas en los ancianos y en algunos casos; una presunta relación con el maltrato que se le dispensa al anciano en esa residencia y que es mayor cuanto más dependiente sea éste.
 
Estudios recientes publicados por el Journal of the American Medical Association, sobre las caídas en las personas mayores, dejaron claro que un factor importante que aumenta el riesgo de caídas en los ancianos, es el llamado "dolor crónico" (chronic pain).
Este dolor hace que se sienta el anciano cansado y su sistema de defensa pueda debilitarse infiriendo en sus actividades físicas habituales. Otros factores asociados a las caídas son; la edad hace aumentar el consiguiente trastorno del equilibrio.
 
Las personas mayores tienen gran dificultad para mantenerse sobre sus extremidades cuando se visten, tienen problemas en los pies; juanetes, callos.
La musculatura se debilita y tenemos menos fuerza. El mecanismo de regulación de los cambios de presión se deteriora y puede causar episodios de perdida momentánea de conocimiento.
La deshidratación o algunas medicaciones especialmente la sobre sedacción incontrolada que les administran pensando en la "seguridad del anciano".
Estas caídas de ancianos en las residencias pueden causarles aparte de los posibles traumatismos por lesiones, depresión que afecte a su estado emocional, miedo a caerse de nuevo y en definitiva a su calidad de vida.